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Estaba hundido, en serio. No voy a decir que lloraba por no poder correr, porque no es cierto, pero casi.
Sentía una pena tremenda, nadie sabe cuánto. Decidí finalmente ir al médico, suponía que me dirían qué pasaba. Me hicieron una radiografía y todo estaba bien, nada anormal. Así que pidieron una resonancia magnética TRM confiando en encontrar la causa del dolor y poder tratarlo. Al cabo de unas semanas llegaron los resultados.
Al parecer tenía algo llamado quiste de Baker:
El Quiste de Baker o quiste poplíteo es una formación de contenido sinovial producida al debilitarse la membrana sinovial que recubre la articulación de la rodilla. Este líquido sinovial se acumula en la bursa o bolsa del gastrocnemio-semimembranosa que se comunica con la articulación de la rodilla por una abertura en la superficie posterior y medial de la cápsula articular. El quiste de Baker puede aparecer a cualquier edad incluyendo edades tempranas de la vida.
El tratamiento de recuperación era descanso, simplemente descanso.
Más aun.
Y eso hice, pero aquello no mejoraba. Ahora incluso lo notaba, notaba la rodilla mientras dormía, o mientras estaba sentado sin hacer nada. Era como una palpitación. Así que decidí visitar a otro médico, una segunda opinión. En esta ocasión era un especialista en lesiones deportivas, sonaba bien.
Llegué a la consulta, le expliqué los síntomas y el diagnóstico que me había dado el médico anterior y automáticamente puso cara de sorpresa :roto2:, cogió la resonancia magnética, la miró a contraluz, me miró a mi y me mandó a tumbarme boca abajo. De repente y solo presionando con un dedo, tocó en el punto exacto, en algún lugar cerca de la parte baja de la espalda, y el dolor que llevaba tantos meses temiendo cerca de mi rodilla se convirtió en ese mismo dolor pero en toda la pierna derecha, obligándome a retorcerme.
Básicamente me dijo que lo del quiste de Baker era una milonga que me había dicho el médico anterior, que yo en la rodilla no tenía nada de nada, que todo venía de la cadera, que debido a un mal paso o una caída me había jodido y que lo único que necesitaba era rehabilitación.
JODER QUE ALEGRÍA, alguien, por fin, me había dado la solución!
La realidad es que finalmente no hice la rehabilitación. Dejé los meses pasar, no me preguntéis por qué, pero lo dejé.