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La cinta es una alternativa a correr por la calle en esos días en los que el clima no acompaña, no tenemos demasiado tiempo o simplemente la tenemos más a mano, por ejemplo en el gimnasio. Sin embargo, aunque pueda parecer un segundo plato, la cinta puede sernos útil y beneficiosa, vamos a ver algunas razones por las que no viene mal entrenar en ella:
Índice del artículo
Entrenar en la cinta: una superficie regular
Una de las grandes ventajas de las cintas o tapices rodantes es justamente esa, el tapiz. Es una superficie regular, lisa, que nos permite correr sin preocuparnos dónde pisar. Cuando entrenamos con molestias o estamos lesionados, solemos recurrir a caminos de tierra, césped y otros terrenos blandos en los que castigamos menos las articulaciones, sin embargo, son superficies irregulares que pueden hacer que nos resintamos todavía más de nuestras molestias, por ello la entrenar en la cinta es una buena alternativa, aunque menos “blanda”, claro.
Entrenamientos de calidad
Si tu plan de entrenamiento incluye días de cuestas y la ciudad donde vives no es precisamente San Francisco (famosa por sus cuestas), puedes recurrir a la cinta de correr para entrenar las colinas, ya que gracias a que incluyen opciones de inclinación es muy sencillo simular dicha situación y durante los kilómetros que te apetezca. Por ejemplo, puedes hacer series entre el 4% y el 7% de inclinación a distintas intensidades y tiempo (dependiendo de la dureza, claro). Todo sin salir de casa o del gimnasio.
Una forma de verte corriendo
Si hay algo que no puedes hacer en la calle es verte correr y la forma con la que lo haces, a menos que alguien te grabe persiguiéndote por todo el recorrido. En cambio, al entrenar en la cinta podemos vernos reflejados en un espejo o incluso grabarnos más cómodamente y ver así nuestra técnica de carrera, cómo llevamos los brazos, la forma de pisar, si levantamos o no las rodillas, etc. Esto nos puede venir bien para ir corrigiéndolo e ir probando nuevas posturas más eficientes.
Entorno y seguridad
Obviamente, al correr o entrenar en la cinta se evitan algunos peligros y accidente que se pueden tener en la calle. No hay coches, ni animales, ni nos podemos perder o adentrarnos en zonas peligrosas. Simplemente hay que correr, sí, puede ser un poco monótono, pero como hemos comentado al principio la cinta es perfecta para cuando la meteorología no es ideal o es de noche y todo está demasiado oscuro. Del mismo modo, la otra gran alternativa sería la elíptica, que además nos libra de cualquier impacto y es perfecta si se está saliendo de una lesión.
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Entrenar en la cinta = entrenamiento mental
Por último, sí, correr en cinta puede llegar a ser muy aburrido, sobre todo si no se sigue ningún plan y sólo es correr por correr, pero esto puede ayudarnos a fortalecernos mentalmente y prepararnos para largas carreras y competiciones en las que la soledad será nuestra compañera.
También, si te animas y tienes mucho tiempo libre, también puedes intentar batir el récord mundial de mayor distancia corriendo encima de una cinta, actualmente lo tiene el estadounidense Christopher Bergland, quien en 2004 corrió 247.45 kilómetros en 24 horas!
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Fotos | hectorir | MilitaryHealth | eyebeam